EL OLVIDO

Se me olvida continuamente: el porqué, el para qué y el cómo. Es como si me aferrara a ser miserable, y por lo tanto, que he decidido que no merezco tener una vida mejor. Por la madrugada, me abrazaba la incertidumbre. Siempre me ha dicho mi querido hermano que soy impaciente, y por una parte es cierto, pero sólo para lo negativo.

A veces, se me olvida que la vida es de micro-fragmentos, de pequeñas alegrías que van y vienen. Es necesario tomar el timón de mi navío.

Deja un comentario